Santoral del 01 de Febrero


Autor: . | Fuente: http://www.oem.com.mx
Severo de Ravena, Santo
Obispo, 1 de febrero
Severo de Ravena, Santo
Severo de Ravena, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Ravena, en la región de Flaminia, san Severo, obispo (c. 345)SAN SEVERO DE RAVENA, del latín, «austero» (siglo IV). Obispo. Se carece de datos precisos anteriores a su edad adulta, cuando ejerció el oficio de tejedor de lana. Estaba casado.

Tenía Fama de honesto y era piadoso en la fe de Cristo. Por su ejemplo de vida y según la legislación de la Iglesia en los primeros siglos del cristianismo (cuando los obispos eran varones laicos de notables cualidades), fue designado obispo de la diócesis de Ravena, Italia.

Por humildad, no quería aceptar el cargo; sin embargo, para obedecer la voluntad de Dios, lo hizo. Ejerció su misión con celo pastoral, se enfrentó con valor a las herejías de Arrio (280-336) -quien sostenía que Jesús era un alma excelsa, superior, pero carente de divinidad-, y participó en el concilio de Sárdica (Bulgaria), efectuado de 342 a 343.

Con fama de santidad murió en su sede episcopal hacia el año 389. Su veneración se pierde en la memoria de los tiempos.

Reproducido con autorización expresa de Organización Editorial Mexicana S. A. de C. V

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Autor: . | Fuente: principalmente MARTIROLOGIO ROMANO
Otros Santos y Beatos
Completando el santoral de este día, 1 de febrero
Otros Santos y Beatos
Otros Santos y Beatos

San Pablo de Trois-Châteaux, obispo
En Augusta Tricastina (hoy Saint-Paul-Trois-Châteaux), en la región de la Galia Vienense, san Pablo, obispo, que dio su nombre a la ciudad (s. IV).

San Urso, presbítero
En Augusta Pretoria (hoy Aosta), en los Alpes Grayos, san Urso, presbítero (antes del s. IX).

San Sigeberto III, laico
En Metz, en Austrasia, el santo rey Sigeberto III, que fundó los monasterios de Stavelot y Malmedy, así como muchos otros, y se distinguió por su liberalidad en hacer limosnas a las iglesias y a los pobres (656).

San Juan, obispo
En Saint-Malo, en Bretaña Menor, san Juan (John de la Cratícula), obispo, varón de gran austeridad y justicia, que trasladó su sede episcopal desde Aleth a esa ciudad. San Bernardo lo alabó como obispo pobre, amigo de los pobres y amante de la pobreza (1163).

Beatos Conor O`Devany y Patricio O`Lougham, mártires
En Dublín, en Irlanda, beatos mártires Conor O`Devany, obispo de Down and Connor, de la Orden de los Hermanos Menores, y Patricio O`Lougham, presbítero, los cuales, reinando Jacobo I, fueron ahorcados por ser católicos (1612).

Santos Pablo Hong Yông-Ju y compañeros, mártires
En Seúl, en Corea, santos mártires Pablo Hong Yông-ju, catequista, Juan Yi mun-u, que se ocupaba de los pobres y enterraba los cuerpos de los mártires, y Bárbara Ch’oe Yong-i, que imitaba los ejemplos de sus padres y esposo, muertos degollados por ser cristianos (1840).

San Raúl Salesman,nonje
Raul fue un monje al que san Bernardo envió en 1132 a que fundara el célebre monasterio del «Valle de las Celdas», en el norte de Francia. Lo eligieron superior nada menos que a los veinte años. Su trabajo fundamental consistió en hacer oración, la lectura de libros sagrados y en dar enseñanza a la gente del campo, tan poco instruidas desde siempre. Fue un apóstol entre ellos.

Santa Alicia, virgen
Nació alrededor del año 400 y desde los veinte años, hasta su muerte, se dedicaba a asistir enfermos y ayudarles a soportar con paciencia y por amor a Dios todos sus dolores en un hospital de París.

Santa Emma, laica
Fue una chica inglesa perteneciente al año 1300. Tuvo la suerte de ser la mujer de Ricardo «Sin miedo», y madre del rey Eduardo. La educó perfectamente en la fe y en la moral, los dos principios básicos sobre los cuales transcurre bien nuestra existencia. Además de esta educación exquisita, le daba buen ejemplo a su hija cuando la veía repartir limosnas a los pobres y necesitados. El ejemplo arrastra mucho más que las palabras. Su hijo dijo de ella:»La única tristeza que nos produjo fue verla morir».
Por algunas inconsistencias históricas, su nombre fue retirado del Martirologio Romano.

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Autor: . | Fuente: EvangelioDelDia.org
Trifón de Frigia, Santo
Mártir, 1 de febrero
Trifón de Frigia, Santo
Trifón de Frigia, Santo

Mártir

Martirologio Romano: En Frigia, conmemoración de san Trifón, mártir (s. inc.)San Trifón, nació en Lámpsaco (hoy en día Lapseki) en Frigia (Turquía)

Según la tradición oriental, Trifón se dedicó con diligencia al estudio de la Sagrada Escritura y el conocimiento del Santo Evangelio.

En 250, dada la crueldad del Emperador Decio, Trifón fue detenido y torturado por no obedecer el edicto imperial, lo cual requería honrar a los dioses paganos, y por lo cual fue decapitado el 2 de febrero, en Nicea (Asia Menor), a la edad de dieciocho años.

Según las narraciones hagiográficas, de las cuales el documento más antiguo data del siglo VIII, Trifón se presenta como un joven pastor.

San Trifón es muy estimado por el campesino griego para la protección de los cultivos de la invasión de langostas, reptiles, insectos y otras especies de parásitos.

En el siglo VI en Constantinopla, hubo dos Iglesias en honor del santo: la primera ordenada por el emperador Justiniano (565) y la segunda por el emperador Justino II (578). El culto es muy común en muchas ciudades de Italia.

En Roma, hacia el final del siglo X, se construyó una iglesia en Campo Marzio, San Trifón en Posterula, y en la mitad del siglo XVIII sirvió para la ampliación de la actual iglesia de San Agustín.

La iglesia local de San Trifón celebra la fiesta del santo el 10 de noviembre, cuando fueron transferidos los huesos de Kotor hacia Roma, mientras que el Martirologio Romano lo sitúa el 1 de febrero.

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Autor: Xavier Villalta
Enrique Morse, Santo
Presbítero y Mártir, 1 de febrero
Enrique Morse, Santo
Enrique Morse, Santo

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, san Enrique Morse, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que, apresado en diversas ocasiones y exiliado dos veces, fue encarcelado de nuevo en tiempo del rey Carlos I por ser sacerdote y, después de haber celebrado la Misa en la cárcel, ahorcado en Tyburn entregó su alma a Dios (1645).

Fecha de canonización: Fue canonizado el 25 de octubre de 1970, por Pablo VI como uno de los 40 mártíres de Inglaterra y Gales.Nacido en la Iglesia Anglicana en 1595 en una familia de la pequeña nobleza, cuando estudiaba leyes en Londres, se adhirió al Catolicismo y se ordenó sacerdote en Roma. En 1624 volvió a Inglaterra y realizó sus votos en la Compañía de Jesús estando en prisión, ante su compañero de cautiverio en York, el Padre John Robinson, con quien compartió la cárcel.

A continuación fue desterrado a Flandes. Regresó a Inglaterra, de modo clandestino, ayudó a los enfermos durante una epidemia de peste en 1636, contrajo la enfermedad y salió sano de ella.

Fue retenido y acusado de predicar a los protestantes solicitando su conversión al catolicismo. Fue condenado a muerte en 1645. El día de su ejecución celebró en la cárcel la santa misa.

Camino del cadalso observaron el cortejo los embajadores de países católicos: Francia, España y Portugal, con sus séquitos correspondientes, para rendir homenaje al mártir. En el patíbulo, con la soga en su cuello, declaró profesar su religión y haber trabajado siempre por el bienestar de sus conciudadanos, negando rotundamente que hubiera organizado o participado en conspiración alguna contra el rey, a continuación, rezó en alta voz por la salvación de su alma, por la de sus perseguidores y por el Reino de Inglaterra. Murió ahorcado el 1º de febrero de 1645.

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Autor: . | Fuente: santiebeati.it
Juana Francisca (Ana) Michelotti, Beata
Fundadora, 1 de febrero
Juana Francisca (Ana) Michelotti, Beata
Juana Francisca (Ana) Michelotti, Beata

Fundadora del Instituto de las
Pequeñas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús para los enfermos pobres

Martirologio Romano: En Turín, en Italia, beata Juana Francisca de la Visitación (Ana) Michelotti, virgen, que fundó el Instituto de las Hermanitas del Sagrado Corazón, para servir al Señor cuidando desinteresadamente a los enfermos pobres (1888). 

Fecha de beatificación: 1 de noviembre de 1975 por el Papa Pablo VI.«He rogado mucho y por mi y porque esta sea la voluntad de Dios: vive en mí un ardiente deseo de consagrarme toda a Jesús, en la asistencia a los enfermos pobres”. Este pensamiento, presente entre los pocos escritos que por humildad Ana Michelotti nos ha transmitido directamente, indica una misión nacida entre mil problemas, que gracias a una voluntad extraordinaria aún está floreciente y fecunda dentro de la Iglesia.

Ana nació en la alta Saboya (en aquella época territorio del Reino de Cerdeña), en Annecy, el 29 de agosto de 1843. El padre, originario de Almese (Turín), murió joven, dejando la familia en la completa miseria. La piadosísima madre les transmitió a sus dos hijos una gran fe: el día de la primera comunión de la pequeña Ana la llevó a visitar a un pobre enfermo, en la casa de aquel. Ese día nació un carisma.

La familia fue a Almese por primera vez cuando la joven tenía catorce años, fue huésped de su tío el canónico Michelotti. Establecida en Lyon, algunos años después, Ana entró en el instituto de las Hermanas de San Carlos, primero como alumna, luego como novicia. Pero educar no era su misión.

En la vuelta de pocos años murieron su madre y su hermano Antonio, novicio de los Hermanos de las Escuelas Cristianas: estaba sola en el mundo. Para subsistir laboró como instructora de las hijas de un arquitecto, pero ya era la señorita de los “enfermos pobres”, porque en cuanto podía los buscaba y se ponía a su servicio. En Annecy encontró a cierta Sor Catalina, ex-novicia del instituto de San José, que tenía los mismos sentimientos: juntas dieron inicio, en Lyon, a una obra privada de asistencia de los enfermos pobres en sus domicilios. Con el permiso del arzobispo vistieron el hábito religioso e hicieron la profesión de votos temporales. Pero la naciente congregación tuvo vida breve a causa de la guerra entre Francia y Prusia y en 1870 la beata, vestida por monja, volvió a Annecy y luego a Almese, estos viajes la hicieron pasr por Turín a menudo. Pasada la tormenta Sor Catalina la invitó a regresar a Lyon, obligándola a recomenzar como postulante. Ana aceptó humildemente, pero luego dejó el instituto por motivos de salud. En aquellos días, orando al pie de las tumbas de San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca de Chantal, sintió que su obra nacería más allá de los Alpes.

Volvió a Almese a lomo de mula, continuando luego hacia Turín (septiembre1871). Alojada por un año en Moncalieri, cerca de las señoritas Lupis, iba todos los días a pie a la ciudad en busca de enfermos en dificultad para servirles. Alquiló luego un dormitorio, para sustentarse confeccionaba guantes, mientras que algunas chicas empezaban a ayudarla en su apostolado. El arzobispo Gastaldi, a inicios de 1874, les concedió que vistieran el hábito religioso, ceremonia que se realizó en la iglesia de Santa Maria di Plaza: nacía así el Instituto de las Pequeñas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús que además de los tres votos ordinarios daría asistencia domiciliaria y gratuita a los enfermos pobres. La fundadora tomó el nombre de Madre Juana Francisca en honor de los fundadores de la Orden de la Visitación.

Los inicios fueron difíciles, caracterizados por la extrema pobreza, algunas de las religiosas murieron y otras abandonaron el instituto. El clérigo superior y el médico de la comunidad aconsejaron cerrar el instituto pero para animar a la Madre estuvo el sacerdote oratoriano1 Pade Félix Carpignano, de venerada memoria. En el piso que alquilaba en la Piazza Corpus Domini, mas de una vez se oyó a la Madre exclamar entre lagrimas: “¡Estoy dispuesta, o mi amado Señor, a recomenzar tu obra cincuenta veces si es necesario, pero ayúdame!”. Dios lo escuchó. En 1879 Antonia Sismonda, enterada de las pobres condiciones en que vivían las Pequeñas Siervas, las hospedó en una villa de la colina turinesa. Para 1882 lograron adquirir su propia villa en Valsalice.

La Madre Juana Francisca era la Regla viviente. Era mujer de intenso plegaria, mortificaba su cuerpo durmiendo en tierra o sobre un montón de paja o mezclando ceniza a la sopa. En la congregación quería monjas generosas, decía: «Si falláis, descendéis un peldaño, si os humilláis, subís tres». Al reprender a las religiosas a veces fue un poco fuerte, pero la querían, porque ante las dificultades infundía confianza. Leía y meditaba con ellas las Sagradas Escrituras, recomendándoles “ser prudentes, celosas y llenas de caridad”, buscando en los pobres a Jesucristo. Debían asistirlos material y espiritualmente, favoreciendo, si era posible, su acercamiento a los Sacramentos. Antes de tomar una decisión importante pedía consejo a sus confesores entre los que contaba a Don Bosco. La beata no se excuso de las tareas de recaudación, asistiendo incluso a actividades públicas, en las que a veces fue insultada. Habría querido instituir un grupo de monjas adoradoras, pero dado que el superior no se lo permitió, dispuso que cada monja hiciera cotidiana y profunda adoración al Sacratísimo Sacramento. Cuando pedía una gracia particular oraba con los brazos en cruz, de rodillas, alargando las manos hacia el tabernáculo. De Francia había traído una estatuita de la Virgen que fue bendecida por Monseñor Gastaldi. De vez en cuando, teniéndola entre sus brazos, en procesión con las monjas por el jardín, oraba cantando las letanías. Exhortó el rezar el Rosario y la devoción a la Virgen. Transmitió una profunda devoción a la Pasión del Señor: el viernes Santo almorzaba de pie o de rodillas, besaba los pies a las religiosas, antes de sentarse a comer tan sólo un mendrugo de pan.

En los últimos años de vida el asma bronquial a menudo obligó a la Madre a guardar cama. Creyéndose inadecuada de gobernar el instituto, que estaba en constante desarrollo, sobre todo en Lombardía, pero básicamente porque sus métodos disgustaron a un grupo de monjas ancianas, el 26 de diciembre de 1887 fue exonerada del cargo de superiora general. Aceptó la degradación, sometiéndose por primera a la nueva superiora, a quien ella misma había sugerido. Desde aquel día los dolores aumentaron, pero sonriendo decía: «Por Jesús todo sacrificio es poca cosa», «Yo estoy a punto de morir, pero vosotras no temáis. Yo continuaré ayudando y a dirigiendo a las Pequeñas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús para los enfermos pobres».

Ana Michelotti murió el 1 de febrero de 1888, un día después de Don Bosco. Pocas horas antes de su muerte permitió, cediendo a las repetidas insistencias de las monjas, que la fotografiaran. Quien por toda la vida, olvidándose de sí misma, sirvió a los más indefensos, fue enterrada, llevando en sus caderas el cíngulo franciscano, en un pobre ataúd, en la tierra mojada por la lluvia de un pequeño cementerio. «El grano de trigo» murió pero una luz de amor habría de seguir brillando en sus hijas, hoy activas también en tierras de misión.

Sus reliquias son veneradas en Turín en la casa matriz de Valsalice.

Si usted tiene información relevante para la canonización de la Beata Juana Francisca, contacte a:
Piccole Serve del Sacro Cuore di Gesù
Viale Catone, 29
10131 Torino, Italia

Oración
Dios,
Padre de todo,
que en la vida de Anna Michelotti
nos has dado un ejemplo de total dedicación a los enfermos y a los pobres.
Ayúdanos a saber reconocer a Nuestro Señor Jesucristo
en los más débiles y abandonados,
y el servirlos con un corazón generoso.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

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Autor: . | Fuente: Vatican.va
Luis Variara, Beato
Presbítero Salesiano, 1 de febrero
Luis Variara, Beato
Luis Variara, Beato

Presbítero Salesiano

Martirologio Romano: En la ciudad de Cúcuta, en Colombia, beato Luis Variara, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales, que dedicó toda su actividad en favor de los leprosos y fundó la Congregación de Hermanas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María (1923).

Fecha de beatificación: 14 de abril de 2002 por el Papa Juan Pablo II.. Luis Variara nació el 15-I-1875 en Viarigi (Asti, Italia). En 1856 había estado allí Don Bosco para predicar una misión. Y fue a Don Bosco a quíen el papá confió el hijo, llevándoselo a Valdocco el 1-X-1887. El Santo morirá cuatro meses más tarde, pero Luis llegó a conocerlo como para quedar marcado por toda la vida. Así recuerda él mismo el evento: «Estábamos en la estación de invierno. Jugábamos una tarde en el amplio patio del Oratorio, cuando de repente se oyó gritar de un lado a otro: ¡Don Bosco!… ¡Don Bosco! Instintivamente nos abalanzamos todos hacia el sitio donde aparecía nuestro buen Padre, a quien sacaban a dar un paseíto en un coche. Lo seguimos hasta llegar al lugar donde debía subir al vehículo. Pronto se vio Don Bosco rodeado de su querida turba infantil. Yo buscaba afanosamente el modo de situarme en algún punto donde pudiera verlo a mi gusto, pues deseaba ardientemente conocerlo. Me acerqué lo más que pude y, en el momento de ser ayudado a subir al coche, me dio una dulce mirada y sus ojos se fijaron detenidamente en mí; tenía la seguridad de haber conocido a un santo y que ese santo había leído en mi alma algo que sólo Dios y él pudieron saber».

Pidió hacerse salesiano: entró al noviciado el 17-VIII-1891 y lo concluyó el 2-X-1892 con los votos perpetuos en las manos del primer sucesor de Don Bosco, el Beato Miguel Rua, quien le susurró al oído: «Variara, no varíes». Hizo los estudios de filosofía en Valsálice, donde conoció al Venerable Andrés Beltrami. Por allí, en 1894, pasó el P. Unia, célebre misionero que poco antes había comenzado a trabajar entre los leprosos de Agua de Dios. «Cuál no sería mi asombro y alegría – narra el mismo P. Variara – cuando, entre los 188 compañeros que tenían la misma aspiración, fijando su mirada en mí, dijo: «Éste es el mío».

Llegó a Agua de Dios el 6 de agosto de 1894. La población contaba con 2000 habitantes, 800 de los cuales eran leprosos.Se sumergió totalmente en su misión. Valiéndose de sus capacidades musicales, organizó una banda instrumental que creó un clima de fiesta en la «ciudad del dolor».

El 24-IV-1898 fue ordenado sacerdote y pronto se reveló óptimo director espiritual. Entre sus penitentes estaban también las componentes de la Asociación de las Hijas de María, grupo de unas 200 muchachas, muchas de las cuales leprosas.El joven sacerdote descubrió que no pocas de ellas se hubieran consagrado con gusto al Señor. Pero se trataba de un sueño considerado irrealizable, porque ninguna Congregación aceptaba a una leprosa y ni siquiera a una hija de leprosos. Fue ante esta constatación como nació en él la primera idea de jóvenes consagradas aunque fueran leprosas. La Congregación de las «Hijas de los SS. Corazones de Jesús y de María» tuvo inicio el 7-V-1905.Hoy cuenta con 404 religiosas, presentes en diez naciones.

Era cada vez más entusiasta de su misión. Escribía: «Nunca como este año me he sentido contento de ser Salesiano y bendigo al Señor por haberme enviado a este lazareto, donde he aprendido a no dejarme robar el cielo». Se cumplían diez años desde su llegada a Agua de Dios, década feliz y rica de obras. Entre éstas, la ultimación del Asilo «P. Miguel Unia» que, pese a los atrasos causados por la guerra de los 1000 días, fue inaugurado el 7-V-1905. Pero entonces comenzó un período de sufrimientos e incomprensiones que duraría 18 años, es decir, hasta la muerte del generoso misionero. Tuvo que alejarse de Agua de Dios: Mosquera, Contratación, Bogotá y Barranquilla fueron los varios sitios que la obediencia le asignó.En 1921 fue enviado a Táriba, ciudad venezolana en el límite con Colombia, en donde su salud empeoró en forma preocupante. El médico aconsejó que, por razones de clima, lo llevaran a Cúcuta, en Colombia. Fue allá, pero sus condiciones precipitaron pronto. Murió el 1-II-1923 a los 49 años de edad y 24 de sacerdocio. Lo sepultaron en Cúcuta. En 1932 los restos mortales fueron trasladados a la capilla de sus Hijas en Agua de Dios, en donde todavía descansan.

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Autor: . | Fuente: elalmanaque.com
Cecilio, Santo
Primer Obispo de Granada, 1 de febrero
Cecilio, Santo
Cecilio, Santo

Co-Patrono de Granada

En Hispania meridional, conmemoración de san Cecilio, obispo de Illiberis (hoy Elvira, Granada).
San Cecilio fue el primer obispo de Granada cuando, bajo la dominación romana, se llamaba todavía Illíberis. Fue uno de los que la tradición llama «varones apostólicos» enviados a España por San Pedro y San Pablo a predicar el evangelio. Los otros seis son: Torcuato, Segundo, Indalecio, Tesifonte, Eufrasio y Hesiquio. La vida de todos ellos está oculta tras los velos de la leyenda transmitida oralmente. Se sabe a ciencia cierta que San Cecilio fue obispo de Illíberis, que escribió algunos tratados para instrucción de los fieles y que sufrió martirio bajo la dominación de Nerón, supuestamente quemado en el monte Illipulitano. Pero la larga dominación árabe destruyó todos los rastros de cristianismo. Granada estuvo bajo los sarracenos casi ochocientos años; no los suficientes para perderse la memoria y la tradición, pero sí para no quedar ni rastro de documentos ni reliquias. San Cecilio es patrón de Granada, y su fiesta se celebra el 1 de febrero.

Otro santo con este nombre conmemora la Iglesia: San Cecilio presbítero de Cartago. Su fiesta se celebra el 3 de junio. La divina Providencia puso en sus manos la conversión del gran San Cipriano. Su bautizo tuvo lugar el 18 de abril del año 246. Poco después, al morir el obispo Donato, fue elegido Cipriano, el discípulo de Cecilio, para ocupar la sede episcopal, llegando a ser uno de los más grandes obispos que tuvo la diócesis de Cartago.

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Autor: . | Fuente: http://www.op.org.ar
Reginaldo de Orleans, Beato
Presbítero Dominico, 1 de febrero
Reginaldo de Orleans, Beato
Reginaldo de Orleans, Beato

Presbítero Dominico

Martirologio Romano: En París, en Francia, beato Reginaldo de Orleans, presbítero, quien, de paso por Roma, conmovido por la predicación de santo Domingo entró en la Orden de Predicadores, a la que atrajo a muchos con el ejemplo de sus virtudes y el ardor de su palabra (1220).

Etimología: Reginaldo = Aquel que tiene la protección del Rey, es de origen germánico.

Fecha de beatificación: El culto fue confirmado el 8 de julio de 1875 por el Papa Pío IX.Reginaldo de Saint Gilles nació en Orléans (Francia). Entró en la Orden de Predicadores por mediación milagrosa de la Virgen María y profesó en manos de Sto. Domingo. Era un predicador ardoroso, que en breve tiempo llevó muchas vocaciones a la Orden. Murió en París hacia el 12 de febrero de 1220 y fue sepultado en la Iglesia benedictina de Notre-Dame des Champs, de donde su cuerpo desapareció durante la revolución de finales del s. XVIII.

De la obra Orígenes de la Orden de Predicadores del Beato Jordán de Sajonia:
«El mismo año 1218, estando en Roma el Maestro Domingo, llegó allí el maestro Reginaldo, deán de San Aniano de Orléans, con intención de embarcarse. Varón de gran fama, docto, célebre por su dignidad por haber regentado durante cinco años en París la cátedra de derecho canónico. Habiendo llegado a Roma fue preso de una grave enfermedad en el transcurso de la cual lo visitaba de vez en cuándo el Maestro Domingo. Exhortándolo éste a abrazar la pobreza de Cristo y asociarse a su Orden dio su libre y pleno asentimiento, de tal manera qué hasta hizo voto de abrazarla.

Fue ciertamente librado de aquella mortal dolencia y trance peligrosísimo, mas no sin la intervención milagrosa de Dios. En medio de los ardores de la calentura, la Reina del cielo y Madre de misericordia siempre Virgen María se le apareció visiblemente y ungiendo sus ojos, oídos, narices, boca, pecho manos y pies con cierto bálsamo que traía dijo estás palabras: a Unjo tus pies con óleo santo como preparación del Evangelio de la paz. » (Ef 6, 15) Y le mostró el habito completo de la Orden. Al punto quedó sano y tan repentinamente recuperó las fuerzas corporales que los médicos, que habían casi desesperado de su curación, testigos ahora de los claros síntomas de salud, estaban maravillados. Contó este insigne prodigio el Maestro Domingo a muchos que aún viven estando yo presente en una ocasión en que lo refirió en París ante muchas personas.

Recuperada la salud, aunque ya había hecho profesión en la Orden, realizó el maestro Reginaldo su viaje por mar, cumpliéndose así sus deseos, y de regreso vino a Bolonia el 21 de diciembre. Se consagró en seguida y por entero a la predicación; su palabra era de fuego, (Sal 118, 140) y sus sermones como antorchas encendidas, (Si 48, 1) inflamaban los corazones de los oyentes, que apenas lo había tan endurecido que pudiera sustraerse a su calor. (Sa 18, 5). Hervía Bolonia entera ante el nuevo Elías reaparecido. (Lc 1, 17) En aquellos días recibió en la Orden a muchos boloñeses y comenzó a crecer el número de los discípulos, a los que se fueron agregando otros muchos.

Trasladó entonces el Maestro Domingo a París a fray Reginaldo, de santa memoria, y así que llegó a París, impelido por su incansable fervor de espíritu, comenzó a predicar con la palabra y con el ejemplo a Jesucristo y a éste crucificado. (1 Co 1, 23) Mas pronto lo llevó Dios de este mundo, consumiendo así en breve sus días, mas llenando con sus obras una larga vida. (Sb 4, 13)

No puedo menos de recordar que estando en vida fray Mateo, que lo había conocido en el mundo vanidoso y delicado, preguntóle como admirado en cierta ocasión: « ¿Estáis triste, maestro, de haber tomado este hábito? ». A la que él respondió, bajando la cabeza con humildad: a Creo que en la Orden no hago mérito alguno, pues siempre me gustó demasiado.»

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Autor: . | Fuente: Franciscanos.net
Andrés Segni, Beato
Presbítero, 1 de febrero
Andrés Segni, Beato
Andrés Segni, Beato

Presbítero Franciscano

Martirologio Romano: En el convento de Piglio, en el Lacio, beato Andrés, de la familia de los condes de Segni, presbítero de la Orden de los Menores, que, renunciando a altas dignidades, prefirió servir a Cristo en la humildad y simplicidad (1302).

Fecha de beatificación: Culto confirmado el 15 de febrero de 1724 por el Papa Inocencio XIII.Andrés pertenecía a la noble familia Conti de Segni, pero nació en Anagni en 1240. Su familia había dado a la Iglesia varios Sumos Pontífices, Obispos y sacerdotes. Muy joven se sintió atraído por el espíritu franciscano renunció a todo y entró en el convento de San Lorenzo de Anagni, fundado por el mismo San Francisco. No le pareció suficiente la austeridad allí vivida, y obtuvo permiso para retirarse a un pequeño convento eremitorio de Piglio, junto al monte Scalambra, en las laderas de los Apeninos, lugar preferido suyo era una cueva, tan baja y estrecha que solamente podía estar allí inclinado y de rodillas. Su vida transcurría en la contemplación y en la austeridad, entre la oración, el estudio y el trabajo manual. El demonio lo asaltaba con tentaciones, pero Andrés lo rechazaba con la señal de la cruz. Libró del demonio a personas asediadas por él que venían en busca de sanación.

Los honores que rehuyó lo persiguieron hasta en su inhóspito eremitorio a donde llegaban movidos por su fama de santo y de sabio teólogo. Escribió un tratado sobre la Santísima Virgen María. Alejandro IV en persona fue a buscarlo para ofrecerle el cardenalato, pero Andrés le devolvió el capelo cardenalicio diciéndole que el único privilegio que quería era que lo dejaran en su gruta orando, meditando y estudiando. Más tarde rechazó con energía igual gesto de su sobrino Bonifacio VIII, el cual solamente alimentaba la esperanza de sobrevivir a su tío para elevarlo al honor de los altares, cosa que tampoco logró, pues tío y sobrino murieron a pocos meses de distancia.

Su vida fue más angélica que humana, glorificado con prodigios y profecías. Voló al cielo el 1 de febrero de 1302, a los 62 años de edad.

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Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Viridiana Santa
Virgen, 1 de febrero
Viridiana Santa
Viridiana Santa

Virgen y Reclusa

Martirologio Romano: En Castro Fiorentino, en la Toscana, santa Viridiana, virgen, que vivió como reclusa desde la juventud hasta la ancianidad (1236/1242).

Fecha de beatificación: El culto fue confirmado en 1533 por el Papa Clemente VII.Santa Viridiana nació en Castelfiorentino en el año 1182 y, por tanto, es coetánea de San Francisco de Asís. Se cuenta que en el 1221 él le hizo una visita y la admitió en la tercera orden Franciscana. Pertenecía a la noble familia de los Attavanti, que estaba en decadencia pero todavía gozaba de un cierto prestigio.

Un rico pariente la nombró su administradora, pero como desde la infancia se sentía llevada a la oración y a la abstinencia, concibió siempre su cargo como una gran posibilidad para hacer la caridad.

A veces la Providencia tuvo que intervenir con prodigios. Se cuenta que un día su tío había reunido y revendido una cierta cantidad de mercancía, cuyo precio estaba por las nubes por la carestía. Cuando el comprador se presentó a retirar la mercancía, el depósito estaba completamente vacío, porque Viridiana había regalado todo a los pobres. Ante la airada reacción del tío, la santa sólo le pidió que esperara veinticuatro horas: en efecto, al día siguiente Dios premiaba la caridad y la confianza de la joven haciendo que apareciera intacto todo lo que había regalado.

Viridiana fue en peregrinación a Compostela, a la tumba del apóstol Santiago, que junto con Roma era la gran meta de los peregrinos, sobre todo después de la pérdida definitiva de la Tierra Santa. De regreso a Castelfiorentino, como sus paisanos veían su vivo deseo de soledad y de penitencia, para tenerla cerca, le construyeron una celda a orillas del río Elsa. Allí permaneció Santa Viridiana 34 años. Como la celda quedaba contigua al oratorio de San Antonio, asistía a la Misa desde una ventanita, desde donde hablaba también con los visitantes y recibía la escasa comida con la que se alimentaba. Por esa misma ventana, según la tradición, entraron dos serpientes que mortificaron mucho a la santa en los últimos años de su vida. Pero ella nunca dijo nada de esto.

Se cuenta que su muerte, el l de febrero de 1242, fue anunciada por el toque improvise y simultáneo de las campanas de Castelfiorentino, sin intervención de mano humana. El culto de Santa Viridiana fue aprobado por Clemente VII en 1533.

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Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Raimundo de Fitero, Santo
Abad y Fundador, 1 de febrero
Raimundo de Fitero, Santo
Raimundo de Fitero, Santo

Fundador de la Orden de Calatrava

Martirologio Romano: En la villa de Ciruelos, en la región española de Castilla la Nueva, san Raimundo, abad de Fitero, que fundó la Orden de Calatrava y trabajó en favor de la cristiandad (c. 1160).

Fecha de canonización: 1719 por el Papa Clemente XIAbad del monasterio cisterciense de Fitero en Navarra, y fundador de la Orden militar de Calatrava.

Se llamaba Raymundo Sierra o Raymond Serrat. Aunque documentalmente no puede probarse, lo más probable es que naciera en Saint Gaudens de Garona, en Francia, y que la época fue a comienzos del siglo XII. Algunos autores sitúan su nacimiento en Tarazona (Aragón), y otros afirman que fue en Barcelona.

Aparece como canónigo en Tarazona, atestiguado documentalmente por testimonio de su primer obispo, Don Miguel, monje benedictino. De aquí pasó a monje del monasterio cisterciense de Nuestra Señora de Sacala Dei, en Gascuña, y de ahí fue enviado como prior a la nueva fundación que Don Bernardo determinó hacer en España.

Se asentaron los nuevos monjes en el monte que llaman Yerga, con consentimiento del rey. En 1140 Alfonso VII les donó la villa de Nienzabas que había quedado asolada por los moros; aquí fundaron el monasterio de Nienzabas del que fue abad Raymundo a la muerte de Durando, alrededor del año 1144. Lo eligieron abad por la fama que tenía de santo y taumaturgo. Con el título y oficio de abad aparece ya en la escritura del 1146, al donar el rey al monasterio los dominios de Serna de Cervera y Baños de Tudescón, actuales balnearios de Fitero.

En 1148 asistió al capítulo general de la orden del Císter, en calidad de abad; en ese concilio estuvo presente el papa Eugenio III, que también era cisterciense.

Raymundo trasladó ese mismo año el monasterio al mejor sitio de Castejón, recibió la donación real del castillo de Tulungen y, en la heredad donada por Don Pedro Tizón y su esposa Doña Toda, fundó en 1150 el de Santa María de Fitero del que será el primer abad.

Diego de Velázquez es un monje que en tiempo pasado fue soldado y amigo del rey Sancho.

Raymundo y él se encuentran en Toledo el año 1158. Diego ha escuchado al rey el gran peligro que corre la plaza de Calatrava confiada años atrás por Alfonso VII a los Templarios, pero que ahora está casi desguarnecida que es por el momento la llave estratégica de Toledo. El peligro es grande por la proximidad de los almohades. Raymundo y Diego piden al rey la defensa de la plaza y con los monjes traídos de Fitero más un ejército formado por campesinos y artesanos consiguen defender la plaza y ahuyentar a los moros. En premio, el rey Sancho III les concede el dominio de Calatrava donde Raymundo funda el mismo año la Orden mitad monjes obedientes al toque de la campana, mitad soldados obedientes al toque de la trompeta que fue aprobada posteriormente por el papa Alejandro III, por bula de 25 de setiembre de 1164, cuando ya había muerto su fundador.

Raymundo murió en 1163 en Ciruelos y allí se enterró. En 1471 se trasladaron sus restos al monasterio cisterciense de Monte León de Toledo y, desde el siglo XIX, las reliquias del santo se encuentran en la catedral de Toledo.

Si los creyentes actuales quisiéramos imponer nuestra santa fe con la violencia, ya tendríamos que empezar por gestionar quién quisiera vendernos una bomba de hidrógeno; pero ese supuesto sería irreconciliable con la dignidad de las personas y el respeto a su dignidad, seríamos calificados inmediatamente de fanáticos y fundamentalistas; habríamos ciertamente perdido el norte de la caridad que califica a los cristianos como auténticos discípulos de Cristo, y nuestro modo de hacer supondría una renuncia total a los postulados de la convivencia democrática.

Desde luego, habríamos dejado de confiar en los medios de siempre oración, mortificación y buen ejemplo para ser sembradores de paz y de alegría que es el vehículo normal de transmisión de la fe, siempre don del Espíritu Santo. Pero, aunque hoy nos pueda parecer impropio de un santo vivir con la espada en la mano por la mañana y en oración adorante por la noche, la historia es así; juzgar los hechos pasados con la mentalidad actual es caer en un anacronismo.

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Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Brígida, Santa
Patrona de Irlanda, 1 de febrero
Brígida, Santa
Brígida, Santa

Patrona de Irlanda junto con los santos Patricio y Columba

Martirologio Romano: En Kildare, en Irlanda, santa Brígida, abadesa, que fundó uno de los primeros monasterios de la isla y, según se cuenta, continuó el trabajo de evangelización iniciado por san Patricio (c. 525).Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida.

Fue Cogitosus que vivió del 620 al 680 su primer biógrafo, pero -lastimosamente- poco escribe acerca de la vida terrena de la santa; su escrito se pierde en descripciones sociales y religiosas en torno al monasterio de Kindale, probablemente mixto y con jurisdicción quasi-episcopal, fundado por Brígida.

También existen himnos y poemas irlandeses de los siglos VII y VIII que en sí mismos testimonian el culto que se tributaba a la santa irlandesa.

Un poco más adelante, el obispo de Fiésole, Donatus, a mitad del siglo IX, escribe su vida en verso y este debió ser el vehículo de la rápida difusión de su culto por Europa.

Pero de esta carencia de datos que impiden el diseño de un perfil hagiográfico completo; la religiosidad popular y el calor de las gentes por su santa ha suplido con creces la grandeza de su vida fiel al Evangelio y entregada a su vocación religiosa.

Del hecho de pertenecer Brígida a una tribu inferior en su tiempo, concretamente la de Forthairt, la fantasía la hace nacer del fruto de la unión -extraña al matrimonio- de su padre, Duptaco, con una bellísima esclava, con todos los problemas que esto produce en el entorno familiar legítimo, desde el disgusto de la esposa hasta la proposición de su venta. Claro que de esto se sacará la noble lección de que Dios puede tener planes insospechados para los espúreos inculpables que pueden llegar a las cimas más altas de la santidad y dejar tras de sí una estela de bien para la gente.

Heredada la extrahermosura de su madre, para no ser ocasión de pecado y no ser ya más pedida en matrimonio, pide a Dios que la haga fea. ¿Para qué quiere la hermosura quien sólo piensa en Dios? Ha decidido entrar en religión. Derrama lágrimas abundantes y son escuchados sus ruegos con un reventón del ojo; por este favor da gracias a Dios que luego le devuelve todo su esplendor. La lección está clara: quien posee al Amor desprecia lo que a tantas vuelve locas y vanas para alcanzar un amor.

También los pobres están presentes en el relato; no podría concebirse santidad sin caridad. Y ahora es la vaca su cómplice; nunca se secaron las ubres, una y otra vez ordeñadas por Brígida, cuando había que remediar a un menesteroso. La vaca ha quedado presente, como emblema, en las representaciones pictóricas de los artistas, junto a la imagen de la santa.

Y aún hay más; sí, son inagotables los relatos de bondades. Se habla de leprosos curados y de monjas tibias descubiertas; la muda Doria comienza a hablar y termina sus días como religiosa en el convento; frustra asesinatos; da vista a ciegos y… como expresión del estilo de un pueblo ¡convierte el agua de su baño en cerveza para apagar la sed!

Los himnos, versos, poemas y canciones populares -con sencillez y regocijo- muestran el calor de un pueblo por su santa y dice con sus leyes lo que las de la crítica histórica ni puede ni debe decir.