El que siembra con mezquindad, cosecha con mezquindad


Publicado en web el 27 de Diciembre, 2012

Licenciada Lupita:

Me siento sola y dolida. Mis amigas y cuñadas se alejan de mí por prejuicios y chismes. Yo veo que ellas me critican y me ven como poca cosa. Desde hace años que las trato con respeto y educación, y nada más. Ya no soy como antes, porque de verdad no quiero recibir todavía menosprecios y descalificaciones. El caso es que veo que ellas siguen igual y no van a cambiar. Me siento hipócrita al ir a sus reuniones. Quisiera algo mucho mejor.

Ma. Eugenia M.

Querida Maru:

12005357-los-estudiantes-rechazados-de-sus-amigosEs un hecho que no podemos tener el aprecio de todas las personas que conocemos. Coloquialmente decimos que “no somos moneditas de oro”; pero es necesario examinarnos cuando tenemos dificultades con varias de ellas. Un principio que puede aportar mucho a la solución de tu conflicto es el siguiente:
“Si ves que alguien hace algo bien, felicítalo. Si ves que alguien hace algo mal, analízate”. Tú estás observando en tus amigas y cuñadas una mala pre-disposición hacia ti. Consideras que te juzgan sin tener la verdad y que no te valoran adecuadamente. En este caso, ellas están haciendo algo “mal”. ¿Qué significa? Pues debes analizarte. Pregúntate: ¿Esto que ellas hacen, lo hago yo?; ¿de alguna forma estaré devaluándolas también?; ¿ellas sentirán mi desprecio como yo siento el suyo?; ¿no estaré prejuzgándolas?
Habitualmente, lo que criticamos es algo que nosotros mismos tenemos, pero nos resulta angustiante reconocerlo. Entonces, por un mecanismo de defensa emocional, lo proyectamos en los demás.
San Pablo nos enseña, en su Segunda Carta a los Corintios: El que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia.
En cierta medida, has sembrado con mezquindad tus relaciones personales. Dices que las tratas con respeto y educación, y “nada más”. Estás dando menos de lo necesario para cultivar una amistad. Intenta dar lo mejor de ti. Olvida si la otra persona se lo merece. ¡Tú te lo mereces! Eres un hermoso proyecto de Dios y fuiste creada para tener vida, y vida en abundancia (Jn. 10,10). Empieza por no juzgarlas, sino comprenderlas.
Cada ser humano es fruto de su historia, y piensa y actúa de acuerdo a ella. No interpretes con tu propia historia pensamientos o acciones ajenos. Procura ser menos complicada en tu mente, y evita calificar las acciones de los demás. La verdad es que no conoces las intenciones de nadie; puedes imaginarlas y luego creértelas; puedes hacer toda una película que no necesariamente va con la verdad… Y, te diré con certeza, que estará equivocada.
Elige ser buena tú; da lo mejor que tienes al mundo. No te amargues la existencia por considerar que los demás no son buenos, o al menos no son como tú quisieras que fuesen. Acepta la realidad como es: cada ser humano es un sueño de Dios, está diseñado para crecer en virtud; si alguien lo hace así, no dudes en felicitarlo e imitarlo, y si otro no lo hace así, ora por él y analízate. No sea que estés señalando con un dedo el error del otro, olvidándote que al mismo tiempo tres dedos te señalan a ti.
¡Siembra en abundancia tu cariño y amistad, y así cosecharás!

Lupita Venegas Leiva/Psicóloga www.valoraradio.org Twitter: @lupitavenegasdc Face: Lupita Venegas Oficial