El Señor es mi fortaleza


El Señor es mi fortaleza 

“El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confiaba en él, y me socorrió, por eso mi corazón se alegra y le canto agradecido.” (Sal 28,7).

Señor, me pongo ante tu presencia amorosa, te alabo y pido tu bendición, tu consuelo y tu amor.

Señor sé que es tu fuerza y tu amor lo que me sostienen. Te pido, Señor, un pequeño impulso para realizar todos los trabajos que tengo que afrontar cada día.

Quiero, Señor,  llenarme de ti, de tu presencia, de tu estímulo y de tu misericordia.

Señor, tu conoces mi debilidad y las dificultades que me atenazan, que me hacen temer por cosas materiales y existenciales.

Tu sabes, Señor, cuáles son los dolores de mi corazón. Necesito recibir hoy tu bendición, para vencer mis inseguridades y caminar seguro tomado de tu mano.

Te ofrezco, Señor bueno  y misericordioso, todos mis trabajos, mis anhelos, mis esperanzas, mis luchas, mis sacrificios, mis dudas, mis esfuerzos, mis dolores y enfermedades. 

Hazlo todo tuyo, Señor de la vida y del amor, porque sé que a través de todo ello y con tu ayuda  alcanzaré aquello que me propongo.

Señor, gracias por hacerte cargo de mi pequeñez. Gracias, Señor, por ayudarme a seguir caminando.

Gracias, Señor, por todo lo que me regalas, y aún por las pruebas que experimento.

Gracias, Señor, por enviarme tu Espíritu Santo para iluminar todos mis pasos. Gracias, Señor, gracias.

Ora, vive y comparte.

P. Óscar

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