De mí depende ser feliz


De mí depende ser feliz

La felicidad es contagiosa y cuando se vive se propaga alrededor. 

Hay personas que atraen y da placer estar con ellas. Por eso, el estar con gente feliz, sana, positiva, agradecida, entusiasta, me contagia y da bienestar.

Me transmiten esa energía especial, que permite que el día rodeados de ellos, sea más placentero, reconfortante, e inclusive más productivo.

La felicidad, depende en gran medida, de la felicidad de las personas con quién uno se conecta, con quien se vive, con quien se es amigo. 

Cuando opto por la felicidad ésta se hace también, un fenómeno colectivo. Cuando hay un mismo pensar y un mismo sentir, hay felicidad.

Por eso, es necesario saber elegir quiénes están a mi lado, ya que la influencia tanto positiva como negativa, es muy grande.

¿Acaso no resulta agotador estar cerca de personas que lo único que hacen es quejarse, o que cualquier cosa los pone tristes, o que sienten insatisfacción con su vida, transfiriendo esa frustración con actitudes poco pacientes, poco amables y egoístas?.

Estas personas, lamentablemente, no hacen más que tirarme hacia atrás, porque pareciera que, para ellas nada es perfecto, ni demasiado bueno, ni demasiado lindo, ni demasiado justo, ni demasiado prometedor, ni demasiado seguro…

Ya sea hacer un viaje, empezar un proyecto, iniciar una relación, armar una fiesta, o elegir un restaurante para ir a cenar, todo se vuelve complicado y el día pareciera estar lleno de trabas. 

Estas cosas no me ayudan a crecer, a avanzar.  En síntesis, no aportan en nada a mi vida si quiero ser feliz. 

El agua que no fluye libremente, se estanca y se pone fea.  Así también sucede con la gente que me rodea y que siempre es negativa.

Tampoco da felicidad estar con personas negadoras de la realidad, de los problemas, de las piedras que todo camino tiene,  ya que la vida está llena de cosas buenas y malas, pero lo importante es cómo nos enfrentamos a esas circunstancias.

Las personas positivas y optimistas, no niegan los problemas, ni una realidad poco placentera, sino que tienen la suficiente seguridad personal, amor propio, para saber que pueden cambiar el curso de las cosas, y transformar un momento triste, doloroso, o un fracaso, en una experiencia que nos hará más sabios, o fuertes para seguir avanzando.

La felicidad se encuentra, cuando aprendo a valorar las pequeñas cosas que surgen día a día: cuando me doy un tiempito para orar, dedico un buen cafecito con un buen amigo, una puesta del sol, escuchar mi música preferida, el abrazo de un ser querido…

Es muy importante recuperar la comunicación con la gente de mi alrededor, interesarme de forma genuina por su vidas y sentirme cerca de ellos, conectar con su ser interior.

¿Qué palabra describe lo que determinará nuestra felicidad?. Quizás creo que es la fe, el trabajo, la educación, la misericordia o el ocio…

Pero en realidad es mi actitud y decisión. Quiero ser feliz.

Lee, medita y comparte.

P. Oscar

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