La vida no siempre es maravillosa


La vida no siempre es maravillosa

Siempre he procurado gustar lo que vivo, lo que hago, lo que escribo…  lo que no quiere decir que piense que la vida es perfecta, magnifica, inigualable, maravillosa o estupenda los 365 días del año.

Si soy feliz es porque comprendo lo gris que se puede volver el mundo en un segundo, porque comprendo que la vida no siempre es maravillosa, porque si creyera que lo es, ¿Qué sentido tendría disfrutar de los buenos momentos si siempre son buenos?

Es complicado de entender, lo sé, vivo el día a día como si me quedara toda una vida por vivir, pero siento decir que no es así, y no lo digo solo por el simple hecho de que en cualquier momento puedo enfermar o morir, lo digo porque siempre pueden empeorar las cosas y averiguar que, aunque sienta que mi vida no era perfecta, añoro esa imperfección que ahora es más perfecta al poseer eso que ahora me falta.

La vida no se tiene que vivir intensamente todos los días por miedo a que todo cambie, simplemente hay que vivirla disfrutando de lo que se tiene, de esas pequeñas cosas que hacen que se alegre el alma, porque cuando ese momento me falte, añoraré no haberlo disfrutado.

Hoy me ha hecho feliz un amigo, estuvo enfermo y tenía tiempo de no verle pero al encontrarnos nos dimos esos abrazos de hermanos de los buenos.

Esto me hacía observar y detenerme dos minutos, porque no siempre estoy bien, no siempre tengo un arcoíris por sonrisa, y un simple abrazo puede sanar más que una pastilla.

El otro día, llegué a la Iglesia y vi a una persona triste, no estaba como siempre, y me dijo que se encontraba regularcita de ánimo; sus ojos estaban vidriosos y su sonrisa no acompañaba a lo que transmitía, en ese instante le invité a orar por su situación.

Le tomé de las manos, con un apretón que no tienen tiempo establecido, de esos sinceros con los que quieres hacer sentir mejor a esa persona, de esos que dicen en silencio no te preocupes, todo tiene solución, que confíe en Dios.

Hoy me ha dicho que aquel día le reconforté, y le hice mucho bien, comentario que me ha hecho realmente feliz.

Y es que la vida es eso; pequeñas cositas, pequeños detalles y breves momentos para disfrutar, y si el camino puede hacer el bien a los demás, pues mucho mejor.

Los años me han enseñado a apartarme de los problemas, porque me dañan, me duele que alguien esté mal conmigo, me duele discutir, me duele no poder arreglar mis errores o los de los demás, me duele que la gente se refugie en el pasado y se hagan más daño, me duele no poder ayudar, pero he asumido que no puedo solucionarlo todo, he asumido que hay gente que no cambia.

Pero también he asumido que un abrazo, una oración…  lo puede cambiar todo, he asumido que si te miran mal es mejor no preguntar y alejarte de su mirada, he asumido que la felicidad se puede esfumar rápidamente y la vida cambiar ciento ochenta grados.

Por todo esto; la vida no siempre es maravillosa, pero dentro de la imperfección puedo construir momentos maravillosos.

Lee, medita y comparte.

P. Óscar

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