Al Sagrado Corazón de Jesús


Al Sagrado Corazón de Jesús

“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso.” (Mt 11,29).

Corazón de Jesús, manso y humilde, tierno y amante:

Vengo ante ti para alabarte, bendecirte, adorarte y glorificarte porque tú amor por mi no conoce límites; porque, es verdad, los corazones amigos no conocen las fronteras ni del tiempo, ni del espacio. 
 
Corazón de Jesús,  verdadero Dios y verdadero hombre, que has asumido por amor a mi un corazón de carne y por eso conoces bien la nobleza del corazón humano:

Escruta con delicadeza mi más íntima intimidad. 

Escucha con atención todos mis latidos con su suave intensidad. 

Clarifica con el fuego de tu amor todas mis confusiones y decisiones. 

Ordena en ti y para bien de los demás mis afectos desordenados y desorientados.

Se tú mi principio y fundamento, mi origen, destino y firmamento. 
 
Corazón de Jesús, 
mi corazón es misterioso,
y muchas veces ambicioso:

Lo quiere todo sin renunciar a nada, aquí, ahora y a mi tiempo y modo. 

Mi corazón es caprichoso: quiere mucho y puede poco, puede mucho y quiere poco, y, en variadas ocasiones, no quiere nada, ni puede nada.

Mi corazón es difícil: entre simpatías y antipatías se lanza sigiloso, entre deseo y pensamiento se mueve armonioso.
 
Corazón de Jesús, 
unifica mi  fragmentado corazón.  Crea en mi un corazón puro, abierto, inocente y expectante.

Líbrame de la cerrazón, del olvido, del resentimiento y de la ingenuidad. 

Que mi corazón sea de carne  y nunca de piedra. Y que, con ardiente caridad y brillante claridad, comprenda que me creaste, Señor, para ti,
y mi corazón estará inquieto, hasta que descanse en ti. 
 
Corazón de Jesús, 
confío hoy y siempre en ti. 

Ora, vive y comparte.

P. Óscar

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